Te vienes encima dorada y encandilante
como un alud de oro,
chorreando sol
por todos los costados,
a mi que vivo a toda soledad,
a todo sueño despierto.
Te vienes ondulante
como trigal mecido por viento cálido de noche,
como bacanal de la abundancia,
destilando éxtasis por tus dedos,
a mi que duermo al final de la noche,
en vigilia de sueños.
Te vienes en encima sin nombre y sin pregunta
como atrevida epifanía
goteando locura a mis ciertas verdades,
a mi que camino a toda lentitud,
a todo reloj sin horas.
Te vienes en signo y señal,
como arco iris de luna
exudando tesoros
por todos los rincones de tu cuerpo,
a mi que sueño tendido sobre mi nombre
en extraña dura de mundo.
te vienes encima...
a mi que enloquesco.
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