Cuando solo sea polvo
en algún rincón de tu memoria,
hazme una estatua
y colocala en aquel día
en que me caí de tu vida.
Así,
cuando vuelva a vivir,
ese día solo daré cuatro pasos,
porque cuatro son los sonidos de tu nombre.
Así,
ese día lo haré diferente.
No comments:
Post a Comment