Andrómeda
viaja distancias
que no puede contar.
Solo sabe que llegara,
lo que no sabe
es que a ningún lugar,
como yo,
que no huele su extravió.
Esconde tanta vida
entre vestido de estrellas.
Ella no lo sabe,
como yo,
ciego a mi equipaje,
solo con abrigo de sueños.
A ella
mis ojos la rodean,
con eternidad,
la de un niño quizás
que en rinconcito
se torna hombre.
Ella no lo sabe,
como yo,
en vuelo ignorado
tras pasos esfumados.
Nos separa
el dios del tiempo
en certera lejanía,
y sentenciada
solo la miro
como adorno de mi noche.
Ella no lo sabe,
como yo,
que detrás de la sonrisa
no ve.
En el final
seremos juntos,
aunque no seamos,
ni ella Andrómeda
ni yo esta lejana mirada.
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