Esa tarde ,
la tuve entre mis brazos,
y mientras su lágrima
jugaba a ser estrella en mi abrigo,
canto su canción.
Y mis atalayas temblaban.
Si,Amor,
y si Eolo pregunta:
Si, la amo.
Ve,dios surcador,
reparte miguitas de ternura,
nadie debe sentir hambre
mientras halla
en nuestros pechos
tanto amor.
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