Al Alba
El alba castañea en la ventana y obliga,
el cepillado de dientes,
el agua que en el cuerpo arrasa al ultimo sueño,
la vestimenta que te ha de esconder.
Despedida al aire, que se olvida,
y la llave que acierta y abre el día.
La llave abrió el día,
el sol obligo a caminar.
Tan corta es el alba , y tan largo el mediodía
que dormir es un milagro
que las estrellas guardan para regalarlo
cuando el sol ya no las persigue.
Ya llevo horas con el sol arriba,
golpeando mis acciones y decires,
sofocando sentires y pieles.
Como extraño su mano
cuando recién le nacían sus dedos solares
y golpeaban la ventana de mi rutina.
El sol huye, como siempre , o se muere
y me obliga a su principio,
duermo y sueño mi rutina
hasta que unos dedos rasguñan mi sueño,
y me obligo a vivir otro de mis días,
breves como el alba.
La Tarde
Ataviar la tarde para esperar,
esperar a la paloma ver volar,
a los enamorados sacar el amor a recrear,
y olvidar los pasos que en andas me llevan
para no cansar mi funesta indecisión
de besar al sol o abrazar la luna.
Este es mi acto favorito y regalón.
Esperar al sol que en alguna nube se diluya
y ver a la luna recoger sus últimos suspiros
mientras una siempre viva paloma ha de volar,
porque es un recreo sus alas soltar
al amparo de esta espera que refresca.
Es tan amplia la tarde
¿ que tengo que olvidar ?
¿ renegar los latidos ?
Es tan basto el ocaso;
como para amar y desamar en un paso
como lo hace la paloma en cada vuelo.
Me gusta este acto al atardecer
quizas porque la tarde también es una espera;
y también el sol su sueño espera,
y la luna su acto espera......,
y mi acto es espera de sus esperas,
mientras , una paloma en estas horas vuela.
La Noche
Podría haber escuchado su voz
cuando las hojas de otoño me alcanzaron.
Habría sentido que volvería en la siguiente primavera.
Silente funeral se le dio a mi corazón;
las hojas son mudas,
y ella calló.
Aun no termina la conversación que definió mi sepultura,
es lo único que habita en mis oídos
mientras me cubre esta estación
con los matices de la muerte,
de allí sustraigo su voz , pero no evito mi fin.
Coloco de lado mi cuerpo
así es mas fácil el olvido que entra.
Las hojas otoñales y su ausencia
hacen el resto,
mientras , me convierto en lejanía
liviana carga para las hojas.
Ya sobre mi unos minutos de mortandad,
y la llamo,
escucho su voz vestida en la indiferencia.
Ahora entiendo el sueño que me perdió,
ahora acepto el silencio de mis sepultureros.
Les ayudo llorando ingenuidades.
El amor es maleza abrasadora
eso escribieron mis sepultadores,
cierta razón tenían las otoñales hojas, y su ausencia,
sabían de abrazos que pierden.
Ahora entiende mi tiempo, la hora doliente,
la hora indiferente que sepulta.
3 comments:
andube por aqui,deja el sol y su luz,brindale una sonrisa,piensa que la vida esta llena de tiempos y a veces adversas.recibe un abrazo apretadoy un cerrito de besitos
Saberte poeta es un acontecimiento para mí, tienes una forja estupenda, me llena de alegría encontrarte en la literatura.
María Eleonor Prado M.-
...el que tu mirada pasee entre estas letras...las refresca,,,,un placer Maria
Post a Comment