Sunday, November 02, 2014

Eolico

Las caricias se deslizaban,
al igual que la cera del velón que nos alumbraba,
los suspiros se embriagaban en licor,
y nosotros nos teníamos cual enredaderas
ansiosas de sostén, de sabia.
Y el tiempo yacía inerte
mientras hubiera carne que sacrificar.

¿ Que pasa ?
pregunto el alba , siempre tan inquisidora,
mientras oía el murmullo de tu dormir.
¿ Que hago aquí ?
respondió mi mano alejándose,
secando secando mis labios y el beso,
suficiente respuesta como para dejarte ir.

Te volví a encontrar,
y tu cabellera me volvió a perder,
y el velón a encenderse,
y el licor a correr.
Pero esta vez el alba no pregunto
tampoco mi mano respondió,
suficiente silencio para un adiós.

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